miércoles, 2 de septiembre de 2015

OPE y baremo.

Incertidumbre e ira, esas son las dos palabras que describen mi estado de ánimo de estos días. Tras no haber aprobado la OPE en el 2012, mi plaza de interina se va al garete tras un cúmulo de ilegalidades que el servicio de salud de Asturias ha tenido a bien llevar a cabo gracias al apoyo de los sindicatos. Tenemos los sindicatos que menos apoyan a los trabajadores, en eso somos ganadoras.
Las noticias del cese de unas 170 enfermeras del hospital circula por los medios de comunicación y decenas de personas con el síndrome antifuncionario se frotan las manos disfrutando con el hecho de que perdamos nuestro empleo, eso me provoca tristeza, rabia e impotencia.
Vamos a cesar personas con una media de edad entre los 30-40 años, con experciencia de entre 10-15 años. Los ceses son de vacantes sólo del hospital porque algún lumbreras ha decidido que en atención primaria no cesen vacantes que han sido ofertadas con 1-2 puntos a gente con una media de edad entre 20-25 años por el hecho de haber aprobado una especialidad. Nuestros propios sindicatos creen que aquellas personas que tienen menos experiencia asistencial pero sí un título, que por ejemplo cuando yo terminé la carrera no existía, tienen derecho a mantener su plaza.
 Yo no quiero el perjuicio de nadie, sólo quiero justicia y sentido común y ojalá todos tuviéramos derecho a un puesto de trabajo estable, eso haría que nuestro sistema de salud fuese más efectivo.
Yo llevo 6 años con mi interinidad. Antes de eso, trabajé 2 años fuera de Asturias cobrando una miseria y llevando plantas yo sola y descansando un día por semana. Después volví a Asturias y estuve unos 5 años firmando contratos que podían durar 2 días o 5 meses. Recibía mi planificación semanal los jueves, por lo tanto no tenía seguridad ni para poder pedir cita a un médico. Cada día me podían mandar a un servicio diferente, oncología, cirugía, neuro, medicina interna... y en todos ellos debía demostrar cada día que al menos sabías dónde guardaban las jeringas. No tenía vacaciones y si quería hacer algún viaje compraba el billete de un día para otro entre un contrato y el siguiente con el miedo de que sonara el teléfono y tuvieras que cancelarlo (todo esto mientras tienes unos 30 años y tienes ganas de vivir un poco la vida).

Luego por fin viene una vacante, me ubican en una planta, tengo cartelera, vacaciones y un sueldo, trabajando a turnos pero siendo feliz de conocer a mis pacientes de un día para otro. A continuación vienen rumores de una OPE y además de todo el sistema quiere que llegues a tu casa y te encierres a estudiar bioquímica de primero o lo que la Constitución dice sobre sanidad. A nadie le preocupa la empatía, la responsabilidad en tu trabajo, la capacidad de comunicarte o de resolver situaciones de urgencia, a nadie le importa si sabes valorar si un paciente está mejor o peor, no...
Admiro a aquellas que han sido capaces de sacar tiempo y ganas para empollar tras haber terminado la carrera hace años, eso que quede claro.
El baremos, eso ya se merecería otro post, pero debo decir que nunca he aprendido nada en ninguno de los cursos que me van sumando puntos. Son pésimos y sólo sirve para que ciertos colectivos se forren con la necesidad que tenemos de ir añadiendo méritos (que no son tal). Gastamos una media de 200 euros anuales en cursos y si quieres ser más práctico puedes apuntarte a un sindicato, te salen más baratos y además disumuladamente te ofrecen las respuestas, ¡¡¡¡bravooo!!!! O mejor aún, ha salido un apartado en el que enfermeras y enfermeros de la talla de científicos como Einstein publican estudios una vez al mes en... las revistas de los ¡¡¡sindicatos!!!! Logrando sumar en 2 años los puntos que yo he sumado en casi 10 años rodando entre planta y planta.
Espero que lean esto aquellos que se frotan las manos con nuestros ceses y que si siguen frotándoselas al menos sea con la información real de lo que está sucediendo.
Salud, suerte y sentido común, ah no que esto es España...