jueves, 1 de marzo de 2018

Cuando tu paciente lleva ingresado más de dos meses...

Las enfermeras deben desconectar al salir del hospital.
Las enfermeras con el tiempo se vuelven más frías.
Las enfermeras no deben dar confianza a los pacientes.
Las enfermeras deben ser duras.
A las enfermeras no les puede afectar cuando un paciente se muere.
Todo esto también para mis queridos enfermeros (tenéis que perdonar que siempre hable en femenino)
Cuando uno trabaja rodeado de sufrimiento es imposible que no le traspase. Todos hemos oido y  dicho alguna de las frases anteriores, pero no somos máquinas y la empatía que a veces nos hace ser buenas personas y profesionales nos juega malas pasadas.
Hay ocasiones, en que por alguna extraña razón, se empatiza más con un paciente, bien por su personalidad, por su circunstancia o por las dichosas energias que nos atraen hacia alguien sin saber porqué.

No es cierto que con el paso de los años nos volvamos mas frías, pero sí que aprendemos a gestionar mejor los sentimientos frente a los enfermos. Evitamos ciertas conversaciones y quizás de este modo estemos incurriendo en una mala praxis, ya que prima nuestra autoprotección antes que el hecho de permitirle a un paciente buscar un apoyo, una información o una respuesta. Hay algunos que saben que se van a morir y sólo necesitan solventar algunos cabos sueltos en su vida, despedirse o ver a alguna persona en particular. Mentir a los enfermos no es una buena idea. A veces lo hacemos, y creo que lo hacemos para protegernos de una situación que quizás no sabemos manejar bien.
También ocurre que hay pacientes con ingresos reiterados o largos. Los conoces y ellos también conocen al personal de la planta. La importante "relación de ayuda" que se debe establecer entre enfermo-profesional se ve trastocada. Se establecen vínculos por muchas herramientas que uno haya trabajado y el paciente crea una cierta "dependencia" hacia los profesionales que conoce. Nace cierta desconfianza hacia las enfermeras/os que no conoce e incluso sabe las destrezas de cada profesional. En ocasiones sabe quién pincha mejor, quién es más flexible a las normas, quién atiende más rápido a la llamada...
Los profesionales conocen a la familia del paciente, sabe quién es su hijo, a qué se dedica, cuándo es su cumpleaños o cuándo tiene un examen.
Se crean intrahistorias en el hospital, relaciones que tienen como escenario el lugar de trabajo y que duran las horas del turno en las que eres uno más de la familia.
Luego, nos quitamos el uniforme y ¿qué pasa? ¿dejamos esas relaciones al otro lado? ¿tenemos un botón on/off?...